Desde Sartu Álava unimos fuerzas para reivindicar los derechos de las Mujeres, Niñas y Niños en contra de la Explotación Sexual y la Trata.

Consideramos importante recordar que LA TRATA supone la tercera fuente ilegal de ingresos y que entre el 90 y el 95% de las mujeres en situación de prostitución son víctimas de trata.

Por ello desde Berdintasun taldea hemos recopilado varios testimonios de mujeres que han sufrido esa violencia y que mostramos a continuación:

Testimonio 1: MALAIKA ORINGO (UGANDA)

Fundadora y directora ejecutiva de Footprint to Freedom, una organización dirigida por sobrevivientes que da voz a los sobrevivientes y la oportunidad de liderar.

“Cuando tenía 15 años, mi madre murió. Necesitaba apoyo y fui a buscar a un familiar a un campamento para personas desplazadas. Un hombre se me acercó. Le conté mi historia y me dijo que había gente en su país que me ayudaría a ir a la escuela. En el aeropuerto me entregó a dos hombres y dos mujeres y nunca más lo volví a ver. Me di cuenta de que me habían engañado cuando el proxeneta al que me vendió el traficante dijo que soy ‘su propiedad’ y que ‘le debo mucho dinero’. Me explotaron alrededor de un año. “

Información recogida de la página web de Naciones Unidas (s.f.).

Testimonio 2: KYRA DOUBEK (EE. UU.)

Directora ejecutiva de Washington Trafficking Prevention, (WTP), una organización dirigida por sobrevivientes de trata, comprometida con el empoderamiento de las comunidades vulnerables.

“Conocí a mi primer proxeneta cuando tenía 16 años en Internet. Hablamos en línea durante horas y sentí que él realmente me entendía y se preocupaba por mí. Me dijo que me iba a cuidar y que nadie me iba a hacer daño mientras él estuviera cerca. Sabía sobre el tipo de hogar en el que crecí, el abuso que experimenté y que no tenía sistemas de apoyo. Fue fácil para él aislarme de mi pequeño círculo de familiares y cuando finalmente me tuvo a solas, comenzó el abuso y la explotación. Más tarde, con 22 años tenía un trabajo en el que ganaba lo suficiente para sobrevivir por mi cuenta, y un hombre me habló de un sitio web donde podía conseguir citas y ganar dinero fácil. Comenzó a comercializarme y publicar mis anuncios.”

Información recogida de la página web de Naciones Unidas (s.f.).

Testimonio 3: AMELIA TIGANUS (RUMANÍA)

Oradora, escritora y activista feminista superviviente de la trata de mujeres.

“Las mafias que se dedican a la explotación sexual de mujeres la captaron cuando tenía 17 años. La vendieron a un proxeneta español por 300 euros. Y durante cinco años ejerció la prostitución. Mientras estaba dentro del sistema prostitucional no pude hacerlo porque creía, porque así se me había hecho creer, que si estaba allí era mi culpa, que era mi responsabilidad porque un día dije «sí».

Información recogida de la página web de BBC News Mundo (2021).

Testimonio 4: FRANCISCA AWAH (CAMERÚN)

Fundadora y directora ejecutiva de The Survivors’ Network. Organización liderada por sobrevivientes de la trata de personas, rescata a mujeres de situaciones nacionales e internacionales de explotación, y las empodera para reconstruir sus vidas y reintegrarse a la sociedad.

“En 2010 fui a Noruega para hacer mi maestría en derechos humanos y multiculturalismo. Allí me convertí en víctima de abuso sexual. En 2012, para escapar de esta situación, tuve que regresar a mi hogar en Camerún antes de terminar mis estudios. Tuve un momento tan difícil. No pude encontrar trabajo y en 2013 me convertí en madre. Luego, en 2015, vi un anuncio en un periódico sobre trabajos de enseñanza de inglés en Kuwait. El hombre que había colgado el anuncio era de mi pueblo. Lo conocí desde mi niñez. El traficante había estudiado mi vulnerabilidad. Dijo que me enviaría a Kuwait para enseñar inglés si le pagaba varios cientos de dólares. Así es como logró traficarme. Cuando llegué a Kuwait no había trabajo de profesora de inglés. Una familia me recibió en el aeropuerto y me quitó el pasaporte. Nunca lo volví a ver hasta que logré escapar. Me obligaron a la servidumbre doméstica y trabajé muchas horas sin comida ni atención médica, y sufría mucho. El padre de la familia había estado abusando sexualmente de mí.”

Información recogida de la página web de Naciones Unidas (s.f.).

 

¡LAS PERSONAS NO SON MERCANCÍA; NI SE COMPRAN, NI SE VENDEN!

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