Nuestras amigas de PIkara ha elaborado para la UPV-EHU una guía para uso inclusivo del castellano. Recogemos los consejos prácticos al respecto que ellas mismas comparten:
- Evitar el uso del masculino genérico, recurriendo a universales y genéricos o a fórmulas para evitar marcas de género. Caben otras propuestas como alternar masculino genérico y femenino genérico en el texto.
- En las comunicaciones en redes sociales, apostamos por el uso del femenino como genérico
- Nos parece también positivo el uso de la ‘e’ a modo de género neutro para referirnos a personas no binarias, a personas cuya identidad de género desconocemos o como uso inclusivo. Igualmente, como este uso aún no está extendido, proponemos usarlo con moderación, alternándolo con otros recursos de lenguaje inclusivo.
- Preferimos la ‘e’ a la ‘x’ porque es más legible y accesible en cuestión de diversidad funcional. Admitiremos la x siempre que sea utilizado como la marca de un planteamiento político que huye del binomio mujer-hombre.
- Si doblamos el género, nombraremos en primer lugar el femenino: niñas y niños.
- Evitar frases hechas sexistas, clichés como “el oficio más antiguo del mundo” para referirse a la prostitución.
- Evitar hablar de “la mujer”, mejor el plural “las mujeres”. No somos un colectivo, sino la mitad del mundo.
- La lesbofobia, la bifobia y la transfobia son formas de violencia específicas, no usar homofobia como genérico sino LGTBfobia. La transmisoginia también es una forma de odio específica que afecta a las mujeres trans.
- Evitaremos las referencias a la genitalidad o a otros rasgos biológicos como rasgo definitorio del género: ‘campo de nabos’, ‘un debate lleno de testosterona’…
- Cuando estemos hablando de una realidad que solo afecta a las mujeres cisgénero o a las heterosexuales, lo explicitaremos. De lo contrario, estaremos incurriendo en cisexismo o heterosexismo.
- No es lo mismo transexual que transgénero. Proponemos usar el término paraguas trans o trans* cuando queremos englobar las distintas identidades trans o no conocemos qué término prefieren las personas a las que nos referimos.
- Trans, musulmana o migrada son adjetivos, no sustantivos, salvo que la persona a la que nos referimos se nombre así. Es decir, hablar de “las mujeres trans” y no de “las trans” a secas. Hablar de “las muertes de personas migrantes en Frontera Sur”, etc.
- Somos partidarias del uso político y reivindicativo de términos supuestamente peyorativos, como marica, bollera, moro, trava, tullida, etc. cuando se hace con esa intención por parte de las personas.
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