Empezamos la formación el día 2 de marzo y dos semanas más tarde estábamos todas confinadas, en casa, sin saber que iba a suceder y si volveríamos al curso o no.
Tras la incertidumbre llego la desescalada y allá por el 25 de mayo, volvimos a iniciarlo de manera telemática. Para esta conversión de curso presencial a curso telemático tuvimos que realizar un gran esfuerzo por parte de todas las entidades y personas implicadas: Lanbide, Sartu, profesorado y alumnado reformulándolo todo para poder llevar a buen término el proyecto. Y así fue, y llegando el 8 de agosto pudimos terminar, por fin, los módulos teóricos.
Desde septiembre estamos inmersos en la realización de las prácticas en empresas. Algunas alumnas ya han sido contratadas y esperamos que suceda lo mismo con las que van finalizando.
Un curso “accidentado” que ha demostrado que con la colaboración de todas las partes se puede terminar lo que, con tanta ilusión, se empezó.
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